Todos somos un guión.

De las películas aprendí que pueden ser tan reales, como los recuerdos con una persona. Cuando ves la película por primera vez, lloras, te emocionas, o hasta es tu película favorita. Cuando estás en una relación, te enamoras, lo vives, lo sientes. Pero después de un tiempo, no superas la película y en vida te duele lo que te gustó, porque no puedes volver a darle Replay, porque no lo volverás a ver dos veces. Pero cuando ya pasa un tiempo y vuelves a ver la película, todo cambia, aceptas que el personaje se fue con otro, que tal vez se muere, que tienen un final triste y así, cuando la recuerdas después de mucho tiempo, no te va a doler. Porque ya conoces la historia, porque sabes que fue sólo una función, y porque sabes que termina igual siempre, quieras lo que quieras.