todo el cuerpo por dentro, quería desaparecer pero
a la vez quería que ese instante fuera eterno.
Los dos estaban muy cerca del uno al otro,
el calor de su aliento a la altura de sus labios y
su pelo rubio rozar contra el suyo.
Cada vez estaban más y más cerca
y sus manos temblaban, sus piernas, sus brazos.
Podía ver en sus ojos lo que no vio en ningún otro.
Él agarro sus manos al ver tanta tensión a la que ella estaba sometida.
Los labios llegaron a la meta, aquellos 30 segundos,
30 segundos que se hicieron el instante más arriesgado e incondicional
y la verdad es que daba miedo, miedo,
era lo que ella pensaba sobre eso.
Volvió a mirarla a los ojos cuando notó que aquella chica,
inofensiva, inocente, atractiva y emocionada estaba llorando ,
¿llorando de qué?
¿de amor?
Te quiero .
Las dos palabras que a aquella jovencita le subieron la moral.
1 comentario:
Jo, qué bonito!
Ojalá yo algún día viva una experiencia parecida... En serio, al leerlo era como si yo fuese esa chica! Jaja lo has relatado muy bien :)
Un abrazo y pásate cuando quieras :3
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