Llámalo X.

En ese momento me definía algo abstracto sin una definición en ese libro llamado diccionario, quería gritar pero no me salían las palabras, es como si hubiera perdido la existencia en aquel lugar llamado X .
Estaba retenida en algo como si me hubieran quitado la capacidad de ser dueña de mi, de mi misma.



No sabía que era lo que pasaba, no entendía el porqué de estar allí ni como había llegado a aquel recóndito lugar, que por alguna extraña razón me resultaba familiar.
Hice el último intento de respirar, moverme y gritar.
De repente todo se hizo negro como si la nada estuviera enfrente de mi.
Logré al fin abrir los ojos, me encontraba en mi cama, con el pijama puesto y divisando el primer rayo de luz que se asomaba por mi ventana.
Estuve presente en el momento más bonito del día, después de haber sufrido conmigo misma. 

No hay comentarios: